La revista Canadian Dimension debate sobre el Nuevo Partido Democrático (NDP) de Canadá - de nuevo.
Soy, tengo que admitirlo, un tipo de coleccionista de cosas inútiles. Como resultado de esto tengo acumuladas en mi sótano una amplia variedad de publicaciones del Canadian Dimension , desde hace décadas.
La edición más antigua que tengo data de Julio-Agosto de 1967. Hojeando esta reliquia encontré en ella una serie de artículos con el tema de la "Nueva democracia paralítica". En estos artículos, los participantes de la revista diagnosticaron una enfermedad Terminal del NDP, que llevaría a un "cambio fatal por la última absorción hacia el liberalismo". Uno puede leer que la pudrición política es causada por "el pragmatismo sin doctrina con el que el partido ha sido sediciosamente cultivado".
Saltando un par de años, hacia la edición de Agosto-Septiembre de 1969 uno encuentra el editorial principal lamentando que "a través de los años el NDP se ha descongelado hacia el conservadurismo de Manitoba".
En Octubre-Noviembre de 1969, los lectores del Dimension fuimos advertidos que el tiempo para una decisión fundamental había llegado: "El Nuevo Partido Democrático se encuentra con una decisión para el futuro. ¿Va a seguir siendo parte de un grupo de reforma dentro de la estructura del sistema de la iniciativa privada? ¿O escogerá ser un partido socialista?
Para Abril-Mayo de 1970 la decisión fue más urgente que nuca. Abrimos nuestras copias del Dimension para aprender que algo se tenía que hacer, y pronto, para transformar el NDP para hacerlo "capaz de dirigir a los canadienses a la batalla por la supervivencia nacional y el socialismo. De otra manera, el NDP se convertirá si acaso en irrelevante y lo que es peor en una ilusión peligrosa".
Por desgracia, el partido aparentemente no adoptó las medidas del Dimension , para 1977 (Vol. 12, no. 6), el consejo editorial del Dimension nos estaba informando que "el NDP ha dejado de ser un partido que pugna por una reforma fundamental".
Y así sigue y sigue, hasta el presente (edición de Abril-Mayo). El editorial de Dimension , con un ojo clínico para los nuevos desarrollos en el cambio social de punta, nos da las últimas noticias: "El NDP se encuentra frente a un tipo de encrucijada. Ha pasado varios de los últimos [sic: "varios" - mi Diccionario Oxford define "varios" como "más de dos pero no demasiados"] años distanciándose del activismo social de este país mientras construye una imagen como el partido de la moderación y el razonamiento. El partido tendrá que reconstruirse desde el fondo, escuchar a sus miembros, adoptar y evolucionar en las coaliciones que abandonó durante las elecciones - o será abandonado por los 'canadienses ordinarios'".
Simultáneamente, otro contribuidor del Dimension , escogió ayudar a "avivar un debate vivo" en el NDP, nos dijo que "el NDP se ha venido preparando para sacrificar los principios socialistas ante el altar de la popularidad momentánea". Se ha movido constantemente a convertirse en un partido político y alejarse de ser un movimiento social".
Mi punto a sacar a relucir estas citas no para atacar al Canadian Dimension - aunque resulten argumentables las ideas en dicha edición. Pude haber compilado una colección similar de citas de una variedad de fuentes de la izquierda canadiense; todas ellas lamentando el cambio hacia la derecha del NDP, su abandono a los principios, la falla para proponer una alternativa socialista; todas ellas proclamando la necesidad de un cambio fundamental. Los socialistas canadienses han estado diciendo casi lo mismo desde la fundación del CCF (el predecesor del NDP) en 1932-33.
De hecho, unos días antes que leyera el último Dimension , estaba visitando a un amigo que estuvo involucrado con el CCF en sus inicios. El era parte de un pequeño partido socialista que decidió unirse al recién formado CCF, esperando que probaría ser un vehículo para el socialismo en Canadá. Sus esperanzas, me dijo, fueron rotas rápido. Para mediados de los 30, dijo, el CCF había degenerado de un movimiento a un partido político con la ausencia de un compromiso real hacia la transformación socialista de la sociedad. (Si acaso sin su participación: él fue expulsado por ser parte de un grupo radical en el partido en 1934 y fue echado de nuevo en 1972 como parte del Waffle).
Uno puede retroceder más en el tiempo para escuchar la misma historia: una de las importantes críticas de la política social demócrata que alguna vez haya escrito es Rosa Luxemburgo y su texto Revolución social o Revolución - ¡publicado en 1899!
Entonces, ¿cuál es el punto de todo esto? Este es: Es hora que dejemos de engañarnos solos . Los socialistas canadienses han estado esperando por más de 60 años que el NDP, y el CCF antes, se alguna manera se convertiría en un partido socialista que dirigiera un movimiento socialista, más que una máquina electoral interesada en nada más que lograr unas cuantas reformas para hacer el capitalismo más humano y más eficiente. Nos estamos dando atole con el dedo.
Desafortunadamente, como la colección de citas arriba mencionadas del Dimension ilustran, los socialistas canadienses están terriblemente aferrados a ceder sus ilusiones respecto al NDP. No importa que tan a menudo sacudamos la cabeza con los duros hechos, no importa que tan seguido el partido nos defraude, no importa que tan cerca de la derecha se vuelva, no queremos ver la amarga conclusión.
Si alguna vez vamos a seguir adelante, tenemos que enfrentarlo: El NDP no es un partido socialista. El NDP nunca ha sido un partido socialista. Y el NDP nunca será un partido socialista.
EL NDP no se encuentra en una encrucijada entre los "principios socialistas" y el "pragmatismo". No se trata de "reconstruirse desde la base" y volverse un "movimiento social". No se trata de "escoger ser un partido socialista". No se va a transformar milagrosamente y empezar a "guiar a la gente canadiense en la batalla por la supervivencia nacional y el socialismo".
El NDP del mundo real, en oposición al NDP de nuestras fantasías, fue concebido, fundado y siempre ha funcionado como una organización que busca acomodar o mejorar el sistema capitalista, no cambiarlo. Obsesionado con el parlamentarismo, ve al estado como neutral, más que como el principal instrumento del mando capitalista.
Si alguien duda esto, sólo necesitan examinar los resultados de los varios gobiernos CCF-NDP que han dirigido las oficinas provincialmente. Cuando ha sido en el gobierno, el NDP ha hecho algunas cosas valiosas - y también ha hecho cosas que traicionan fuertemente las esperanzas de aquellos que votaron por ellos. Nunca ha mostrado alguna inclinación o capacidad para generar un cambio socialista fundamental.
Un partido 'laboral' que está digamos dispuesto a fracturar sindicatos cuando cree que es necesario, la idea en el NDP de un cambio social es proponer en el gobierno un auto seguro - y tal vez sea pedir demasiado.
Puede ser que seamos capaces de mantener vivas nuestras ilusiones sobre el NDP en parte porque el partido nunca ha sido capaz de formar un gobierno federalmente. Como resultado, hemos estado siendo ayudados por lo que los franceses, británicos, alemanes, griegos y españoles han experimentado de primera mano: el desempeño real de partidos social demócratas oficiales.
El resultado de la democracia social en todo el mundo es claro. Ningún partido social demócrata en funciones en ninguna parte del mundo ha tenido éxito en transformar dicho partido en un partido socialista real.
Aquellos de nosotros que todavía teníamos ilusiones respecto al NDP de seguro las perdimos después del patético desempeño del partido en las elecciones de 1988. Esa elección demostró en la forma más clara posible una verdad fundamental sobre los partidos sociales demócratas: cuando llega el momento decisivo, fallan en lograr el reto . Cuando las opciones se complican, el partido social demócrata, cuya entera existencia está basada en rechazar adoptar una consistencia, pro clase trabajadora, posición socialista, invariablemente se vuelve incapaz de tomar decisiones, acciones específicas.
Mi propósito al argumentar esto no es sugerir que debemos abandonar todos los esfuerzos para trabajar con el NDP. El NDP es y en el futuro por venir seguirá siendo una importante fuerza política de la izquierda canadiense. Aunque nuca ha sido capaz de ganarse la confianza, o incluso los votos, de la mayoría de la clase trabajadora canadiense, se sigue viendo por muchos como el partido de la clase trabajadora.
Incluso más importante, los miembros del NDP incluyen a algunos de los más decentes, más comprometidos y más entusiastas del cambio progresivo en Canadá. La mayoría son buenas personas, gente que queremos y necesitan trabajar si alguna vez queremos alcanzar el cambio social fundamental.
La cuestión no es si nos relacionamos con el NDP, es como relacionarnos con el NDP.
Lo que enfáticamente no deberíamos estar haciendo es unir nuestros esfuerzos a aquellas generaciones de activistas canadienses quienes han buscado el espejismo de tratar de "ganar el NDP al socialismo". Mientras hay muchas personas buenas en el NDP, el NDP como una institución nunca se va a convertir al socialismo. Al contrario, el peso muerto de sus propias políticas y lógica organizacional llevarán al partido a volverse más "moderado", más comprometido, más frustrante para quienes se unieron con la esperanza de alcanzar el socialismo.
Nuestra energía política colectiva es limitada y preciosa. No la desperdiciemos golpeando nuestras cabezas en contra de las paredes organizacionales del NDP. Y no lo desperdiciemos poniéndolo a disposición de los burócratas del partido quienes nos quieren como desperdicio electoral y para seguir dirigiendo a las asociaciones juntas entre las elecciones.
Finalmente, no nos eludamos imaginando que de alguna manera el NDP podría estar más unido a los movimientos sindicales, que eso podría representar la salvación del partido. En tanto que los movimientos sindicales, como el NDP, tienen mucha gente buena, decente, progresista, militantes, lo sindicatos, como instituciones, están inexorablemente unidos a reformarse en el sistema capitalista tal como los partidos políticos social demócratas. Esto no es la culpa de nadie; es la naturaleza del sindicalismo. Los sindicatos existen para ganar batallas para los trabajadores dentro del capitalismo, no para deshacerse del capitalismo.
De nuevo, no se trata de no apoyar a los sindicatos en lo que hacen, o que no se debería apoyar los esfuerzos por mejorar los sindicatos y ciertamente no es que no deberíamos estar buscando crear los nexos entre sindicatos y otras importantes organizaciones. Pero se trata que hay otro espejismo en creer que los tipos de sindicatos que existen ahora se pueden transformar en agentes del cambio socialista fundamental.
Tampoco tiene sentido creer que unirse a un partido fundamentalmente reformista como el NDP más cerca de las organizaciones fundamentalmente reformistas como los sindicatos se producirá milagrosamente una nueva organización revolucionaria.
Esto no significa que los socialistas deberían estar intentando crear un nuevo partido que compita con el NDP. La base de soporte para tal empresa no existe. Un nuevo partido sería pequeño y sujeto a pugnas internas. Incluso si fue formado exitosamente, crear un nuevo partido que compita con el NDP sería más dado a en el futuro dividir, más que unir, a la izquierda y el movimiento de la clase trabajadora.
Para el futuro factible, nos tendremos que contentar con darle nuestros votos al NDP, mientras le damos nuestra energía a causas más prometedoras.
Lo que tenemos que hacer, en efecto, es empezar a hacer el trabajo del movimiento socialista, fuera del NDP, y de hecho, fuera de cualquier estructura partidista.
Los inicios de un movimiento democrático descentralizado ya existen. Existen en la red de grupos subterráneos en todo el país: en los grupos de mujeres, organizaciones ambientales, personas mayores, grupos nativos, culturales y muchos grupos más. Varias de estas organizaciones han estado haciendo esfuerzos para crear más nexos y construir coaliciones más amplias, entre ellos, y muy importante con los sindicatos, un proceso que fue acelerado por las alianzas formadas durante la lucha contra el libre comercio.
Si somos capaces de construir las conexiones y alianzas que han sido trabajadas, tenemos el potencial para crear un movimiento social en este país que va más allá de una organización con un único objetivo para trabajar por una visión integral de una sociedad fundamentalmente diferente. El hecho que los grupos han estado aprendiendo a trabajar unidos es una señal esperanzadora y un importante inicio, un movimiento verdadero debe enfocar y representar a una diversidad de constituciones, religiones, temas y grupos étnicos y lingüísticos.
Mientras trabajamos en crear ese movimiento, necesitamos trabajar para desarrollar una visión compartida, un grupo de objetivos y principios que le den dirección al movimiento que dejen espacio para las diferencias y autonomía organizacional. Debería ser nuestro objetivo llegar a enfoques comunes estratégicos y tácticos en la mayor extensión posible, porque entre más seamos capaces de trabajar unidos y combinar nuestros esfuerzos, más grande será nuestro poder potencial. Trabajar unidos no tiene que significar una política del "denominador común más bajo", si permanecemos comprometidos en respetar el mutuo derecho de emprender iniciativas autónomas dentro de un movimiento plural.
Por supuesto que no es posible decir por adelantado como se debería ver dicha visión compartida. Enseguida, sin embargo, hay una lista de principios sugeridos que nosotros como socialistas deberíamos estar buscando para lograr un movimiento social más amplio:
Democracia. Necesitamos establecer un verdadero punto sobre la democracia, para retar a nuestra sociedad para que se tome en serio su proclamado compromiso con los ideales democráticos. Tenemos que lograr algo en el hecho que actualmente lo que pasa por democracia es una sombra de dos dimensiones respecto a lo que debería ser. A diferencia de la obsesión parlamentaria del NDP, deberíamos ofrecer el modelo de una sociedad democrática radical, en la cual el poder es sacado de las corporaciones, gobiernos, burócratas y expertos y es dispersado ampliamente. Esto significa un compromiso real con el control popular de la vida social, incluyendo el control de los trabajadores del lugar de trabajo y control comunitario en nuestros pueblos y vecindarios.
Ver más allá del Estado y las corporaciones . Tenemos que desarrollar la idea que no podemos ver al estado y las corporaciones esperando que resuelvan los problemas de la sociedad. Esto es especialmente obvio cuando virtualmente toda la clase social de negocios canadiense, así como su gobierno, han puesto en claro que su agenda es reducir el rol del estado en la mayor extensión posible, excepto, claro, cuando se trata de asegurar un clima 'seguro' para las actividades de negocios. Si deseamos alcanzar un grupo de objetivos económicos y sociales, tendremos que pelear el poder con las corporaciones. Al mismo tiempo, deberíamos estar conscientes del hecho que dejarle el trabajo al estado tampoco es la respuesta, como la crisis de las sociedades que controlan el estado alrededor del mundo lo están haciendo más claro. 'Ni el estado, ni las corporaciones' deben ser nuestro vehículo.
Sustentable, actividad económica ecológicamente sana . La crisis ecológica está ligada a las actividades económicas destructivas que son perjudiciales o inútiles, que no pueden ser sostenidas. Las actividades económicas deberían tener que justificarse en los terrenos de la utilidad social si van a consumir nuestros recursos, en lugar de los terrenos de crear una utilidad para alguien. Tienen que auto limpiarse y salvaguardar la salud de sus trabajadores y de las comunidades donde están situadas - algo que sólo puede ser garantizado dando a los trabajadores y comunidades el poder para asegurar que así sea.
Solidaridad e internacionalismo . Como la derecha enfoca su ataque en el gasto social, en sindicatos, mujeres, los pobres, o minorías e inmigrantes, nuestra respuesta debe ser permanecer juntos, practicar la solidaridad, recordar el viejo eslogan sindical que dices 'la herida de uno es la herida de todos'. Porque el sistema al que nos oponemos es un sistema a nivel mundial, nuestra respuesta también debe ser internacional. Necesitamos pensar globalmente, unirnos más allá de las fronteras y otras líneas divisorias para trabajar unidos y ayudarnos unos a otros.
Tenemos una responsabilidad especial con el Tercer Mundo, el cual ya está desesperadamente en la pobreza, está siendo arrastrado a una mayor miseria humana y devastación ambiental por los pagos de deudas masivas y patrones económicos irracionales dictados por corporaciones multinacionales y la elite local a la que enriquecen. Le debemos a la gente del Tercer Mundo un tanto de solidaridad, pero más allá de eso debemos darnos cuenta que los temas de la paz mundial y el ambiente global que nos preocupa aquí en Occidente no puede ser solucionado a menos que los problemas de pobreza, liberación de las mujeres y desarrollo económico sustentable sean llevados al Tercer Mundo. En el análisis final, sólo podemos tener éxito si tenemos éxito internacionalmente, aunque debemos por necesidad concentrarnos la mayoría de nuestros esfuerzos en nuestro país.
La idea que el cambio es posible. Una de las tareas más importantes y difíciles de un movimiento social en Canadá es persuadir a los canadienses ordinarios que hay alternativas posibles. Tenemos que romper la debilitante convicción que 'nada puede ser hecho'. Tenemos que promover la idea que hay vías alternativas de lidiar con los problemas del día a día, también que es posible y deseable tener un mundo fundamentalmente diferente, en el cual nuestros sueños de libertad, justicia, seguridad y cooperación se pueden materializar. Tenemos que hacer saber a la gente que el movimiento de las mujeres, el ambiental, los sindicales, han tenido éxito porque se unieron y trabajaron por un cambio. Debemos alentar el impulso de la gente para unirse a otros y pelear contra lo que es perjudicial y pelear por lo que es deseable y justo. Cuando lo hagan, lo que parecía imposible de alcanzar hecho posible, porque la suficiente gente cree que es posible y están trabajando para lograrlo.
Si somos exitosos en crear un movimiento dinámico que pueda hacer estas cosas, tal vez podamos darnos cuenta que incluso el NDP, o su gran mayoría, querrá unirse a nosotros en nuestro esfuerzo por transformar a la sociedad.
Publicado en la edición de Noviembre-Diciembre 1989 de Canadian Dimension.
Aussi disponible en français: Arrêtons de se faire des illusions.
Also available in English: Let’s Stop Kidding Ourselves About the NDP.