Bakunin vs. Marx

Por Ulli Diemer

Propongo en este artículo examinar algunas de las objeciones más comunes de los anarquistas hacia el "Marxismo". Los temas que voy a abordar son todos los señalados en los trabajos recientes que referí en el artículo anterior (Anarquismo vs. Marxismo).

Todos estos temas fueron sacados a la luz, por primera vez, por Bakunin al tiempo que el anarquismo emergía como un movimiento auto-consciente que se definía en oposición a todas las demás corrientes de izquierda. Por lo tanto, me voy a concentrar primariamente en Bakunin en la siguiente discusión y en algunas de sus diferencias con Marx. Como me doy cuenta que Bakunin no es el único intérprete del anarquismo, pienso que este es un punto de partida válido por las siguientes razones: (a) no es posible cubrir todo y a todos en un solo ensayo; (b) la ruptura Bakunin/Marx fue el evento formativo en la historia del anarquismo; (c) Bakunin sigue siendo el más leído, citado y admirado anarquista dentro del propio movimiento; (d) muchas de las principales objeciones al Marxismo se originaron con Bakunin y tales objeciones siguen siendo usadas hoy en día; por extensión es posible cambiarlas en forma de pregunta, es posible hacer en forma de pregunta los preconceptos del anarquismo actual sobre el Marxismo e inaugurar un diálogo genuino.

¿Cómo ven los anarquistas la ruptura Marxista/Anarquista? ¿Cuáles son sus reclamos?

Las siguientes creencias parecen ser generalmente aceptadas por los anarquistas:

1. El Marxismo cree en la creación de un "estado de la gente" o un "estado de los trabajadores"; el anarquismo cree en la abolición del estado.
2. "El anarquismo ve a una sociedad en la cual la verdadera toma de decisiones involucra a todos quienes viven en ella"; a diferencia del Marxismo que establecería "algunos exagerados de la disciplina moviendo los hilos en una así llamada dictadura del proletariado".
3. Marx era un "determinista económico"; Bakunin "enfatizó los factores sicológicos subjetivos en la revolución". El Marxismo es el viaje del ego de los intelectuales que tratan de acomodar todo dentro de su "teoría de complejidad bizantina" - materialismo dialéctico - que es de "dudosa utilidad" y que sirve para que los líderes Marxistas establezcan "control sobre el movimiento".
4. Los anarquistas creen que las organizaciones revolucionarias deberían ser abiertas, asertivas y completamente democráticas; el Marxismo por otra parte, promueve el "liderazgo jerárquico ascendente", ejemplificado por el partido de vanguardia y el centralismo democrático.
5. El rompimiento original en el Primero Internacional entre las facciones dirigidas por Bakunin y Marx llegaron por el asunto del autoritarismo; Marx y Bakunin fueron expulsados del Internacional con cargos de deshonestidad porque Bakunin se opuso al régimen centralizado y dictatorial de Marx sobre el Internacional.
6. El Marxismo es "autoritario", el anarquismo es "liberal".


¿Qué hay sobre estas objeciones?


1. El Estado del pueblo.

Aunque no es sorprendente que se crea que Marx originó este concepto, dado el número de "Repúblicas de la 'gente'", "Estados de los 'trabajadores'", etc. en el mundo hoy que pueden llamarse a ellos mismo "Marxistas". Ambos, los Leninistas que usan el concepto, como los anarquistas que se oponen a él, parecen no saber que no lo van a encontrar en los escritos de Marx. Marx, al contrario, específicamente lo rechazó. (Ver por ejemplo, la Critica del Programa Gotha de Marx).

Es un indicio de los métodos de Bakunin que repetidamente acusó a Marx de apoyar un "Estado del pueblo" (ver por ejemplo, Dolgoff, ed., Bakunin on Anarchy, Vintage, 1972), una acusación que en vista de su falla para citar y evidencia que la soportara (verifique las fuentes y vea si Bakunin alguna vez ofrece una sola cita para apoyar sus palabras) y en vista del repudio al concepto de Marx y Engels, sólo puede ser interpretado como una artimaña deliberada de parte de Bakunin. Y es difícil para el crédito de varias generaciones de anarquistas que han seguido tragando la ficción de Bakunin en este respecto, sin siquiera molestarse en buscar la evidencia que lo respalde.

La posición de Marx y Engels sobre el estado, que no está libre de ambigüedades, ni libre de crítica, fue bastante diferente de lo que Bakunin aseguró. SE habla más al respecto en La Guerra Civil en Francia de Marx, pero es desarrollado en otros varios trabajos también. Lo que Marx presintió fue que durante el periodo revolucionario de lucha contra la burguesía, el proletariado usaría el aparato del estado para aplastar la burguesía: "alcanzar la liberación requiere medios que serán descartados después de la liberación". (Marx, Conspectus of Bakunin's State and Anarchy, 1874-75). Después de la eliminación de la burguesía, el estado ha agotado su utilidad.

Marx señaló la Comuna de París como lo más cercano a lo que tenía en mente; Bakunin igual fue entusiasta sober la comuna, y así continúo atacando a Marx de tener secretamente opiniones muy diferentes. Estas tonterías de Bakunin han sido repetidas por otros anarquistas. Por ejemplo, el escritor anarquista Arthur Mueller Lehning escribe "Es una ironía histórica que en el preciso momento cuando la batalla entre el autoritarismo y los anti-autoritarismo dentro del Internacional alcanzó su apogeo, Marx haya, de hecho, apoyado el programa de la tendencia anti-autoritarismo… La Comuna de París no tenía nada en común con el estado socialista de Marx e iba más de acuerdo con las ideas de Proudhon y las teorías federalistas de Bakunin. La Guerra Civil en París es una completa contradicción con todos los escritos de Marx respecto al Estado". (Citado en Bakunin en Anarquía, P. 260).

Esta es una marcada muestra de doble pensamiento. El principal trabajo de Marx sobre el Estado se dice que está en "completa contradicción" con "todos" sus trabajos sobre el Estado.

¿A qué trabajos sobre el Estado se refiere Lehning entonces? No sabemos, porque no lo dice. Como siempre en las polémicas anarquistas, debemos tomarlo como acto de fe. Ciertamente, Lehning no puede referirse a Pobreza de Filosofía, escrito en 1847 o el Manifiesto Comunista, escrito en 1848 o la Crítica del Programa Gotha, escrito en 1875, o a las cartas privadas que Marx estaba escribiendo al mismo tiempo de la publicación de la Guerra Civil en Francia de 1871. Todos los anteriores sostienen consistentemente que el estado es incompatible con el socialismo. Juntos representan la mayoría, si no "todos" los escritos de Marx sobre el estado. Pero Lehning (y Bakunin, y Dolgoff, y Avrich, y Brothers, y Murtaugh, y…) sabe más. En algún lugar, en un mundo mítico conocido sólo por los anarquistas, se pueden encontrar las opiniones reales de Marx respecto al estado, el "Estado de la Gente de Marx" (Bakunin on Anarchy, P. 318), que es "completamente idéntico" al "Estado aristocrático-monárquico de Bismarck". (Bakunin on Anarchy, P. 319).

¿Cómo se refuta un "argumento" que, sin una muestra de evidencia, excepto la predisposición racial ("como alemán y judío, él (Marx) es de la cabeza a los pies un autoritario" - Bakunin en 1872) sin una notación, atribuye a Marx ideas y conceptos, que Marx atacó repetidamente?

Hay dos alternativas: o se traga uno todo lo que Bakunin, Dolgoff y compañía dicen como dogma de fe, porque son anarquistas, o se toma el camino de la integridad intelectual y se trata de descubrir las opiniones de Marx y Engels sobre el estado, leyendo lo que Marx y Engels dicen sobre el estado.

Si se toma la segunda opción, se podría empezar leyendo la carta de Engels de 1875 a Bebel, en la cual dice "No tiene ningún sentido hablar de un estado del pueblo libre: mientras el proletariado siga usando al estado, no lo usa por el interés de la libertad, lo hace para detener a sus adversarios y tan pronto como sea posible hablar de libertad el estado como tal deja de existir. Por lo cual, deberíamos proponer reemplazar el estado en todas partes por Gemeinwesen, una buena palabra del antiguo alemán la cual puede convertir muy bien el significado de la palabra francesa ‘commune’".

Es posible, por supuesto, argumentar que el uso del estado por el proletariado en el breve periodo de transición es peligroso y puede llevar al establecimiento de un estado permanente. Se debe notar, sin embargo, que el propio Bakunin vislumbró un cierto estado posrevolucionario, completo con elecciones, delegados, parlamento, comité ejecutivo y ejército. (Bakunin on Anarchy, P. 153). Los anarquistas son curiosamente silenciosos en este respecto.

De cualquier forma, permanece el hecho que en balance, la preocupación que Bakunin expresó sobre la posible degeneración de la revolución probó ser válida, y que Marx por su parte falló en dar la consideración suficiente a los peligros derivados de esta amenaza a una revolución futura. Esta crítica, sin embargo, debe ser calificada de varias maneras; y ciertamente está lejos de ser lo que asegura Bakunin y los anarquistas que dicen que el marxismo fue una teoría que alentaba la sujeción de la sociedad al estado.


2. Dictadura del proletariado.

Un tema muy cercano es el de la dictadura del proletariado, uno de los términos más abusados y mal interpretados de todo el Marxismo. La cuestión de la transición del capitalismo al socialismo, y la opinión de Marx al respecto, es extremadamente complicada, tanto que no puede ser abarcada en unos cuantos párrafos. Pero el punto aquí es simplemente aclarar la común confusión del término, cultivada por su apropiación de parte de los Bolcheviques y por la relación con el hecho que la dictadura ha tenido un pequeño cambio de significado en nuestros días que el que tenía en tiempos de Marx. Como Dolgoff lo establece, había entonces un "relajado sentido en el cual el término 'dictadura' fue usado por los socialistas del siglo XIX para representar simplemente la influencia preponderante de una clase, como en 'La dictadura del proletariado' de Marx". (Bakunin on Anarchy, P. 12).

Para dejarlo más claro, la dictadura del proletariado significa el gobierno del proletariado como una clase, y la supresión de la burguesía como una clase. Es perfectamente compatible con, e incluso previsto, la mayoría de las democracias en proceso entre la clase trabajadora. La mejor exposición breve del concepto Marxista, y cómo difiere de los conceptos de dictadura del Leninismo, viene de la polémica de 1918 Rosa Luxemburgo contra los Bolcheviques:

"Siempre hemos distinguido la semilla social de la forma política de la democracia burguesa; siempre hemos revelado la semilla dura de la inequidad social y ausencia de libertad oculta bajo la suave cáscara de la equidad formal y libertad - no para rechazar lo posterior, sino para motivar a la clase trabajadora en no sentirse satisfecha con la cáscara, si no, conquistando el poder político, para crear una democracia socialista que reemplace la democracia burguesa - no para eliminar la democracia tal cual.

"Pero la democracia no es algo que empieza sólo en la tierra prometida después que los cimientos de la economía socialista son creados; no llega como un tipo de Navidad presente para la gente acaudalada, quien, en el proceso, ha apoyado lealmente un puñado de dictadores socialistas. La democracia socialista inicia simultáneamente con el inicio de la destrucción de la regla de clase y la construcción del socialismo. Inicia en el preciso momento de la toma del poder por el partido socialista. Esto es lo mismo que la dictadura del proletariado.

"!Sí, dictadura! Pero esta dictadura consiste en la manera de practicar la democracia, no en su eliminación, en ataques resueltos y enérgicos contra los bien establecidos derechos y relaciones económicas de la sociedad burguesa, sin la cual una transformación socialista no puede ser alcanzada. Pero esta dictadura debe ser del trabajo de la clase y no de una pequeña minoría liderando en el nombre de la clase - esto es, debe proceder paso a paso de la participación activa de las masas". (Rosa Luxemburgo, The Russian Revolution.



3. "Determinismo económico"

El asunto sobre el materialismo Marxista y el énfasis de Marx en las relaciones de la producción es también un tema extremadamente difícil que no se puede desarrollar inteligentemente en un pequeño artículo. En este punto sólo es posible decir que se generan algunos problemas que tienen que ser analizados en profundidad. Sin embargo, una reexaminación de la teoría de Marx y las contradicciones admitidas en ella son parte de la agenda, debe ser dicho que la típica imagen anarquista al respecto y sus objeciones son conceptos erróneos mal informados que contribuyen menos que nada a la discusión. Por ejemplo, Marx no fue un determinista económico; él rechazó el determinismo económico al que llamó "materialismo crudo" fuera de lugar. No trató de reducir todos los fenómenos a los económicos; sólo se necesita leer cualquiera de sus trabajos políticos para saber esto.

Como Engels dijo, "De acuerdo con el materialista concepto de la historia, el último elemento determinante en la historia es la producción y reproducción de la vida real. Más esto, ni Marx ni yo lo hemos afirmado. Aunque si alguien lo manipula diciendo que el elemento económico es el único determinante, esa persona transforma esa proposición en una sin sentido, una frase abstracta absurda." (Carta a Joseph Block, Sep. 21-22, 1890, en Lewis Feuer, ed., Marx y Engels: Escritos básicos sobre Política y Filosofía, P. 397-398).

Anarquistas como Paul Avrich, sin embargo, tienen su propia opinión de lo que 'Marx realmente quiso decir'. Vea como Avrich crudamente contrasta las opiniones de Marx y Bakunin: (Bakunin) "rechazó la idea que el cambio social depende del desdoblamiento gradual de las condiciones históricas 'objetivo'. El creía, al contrario, que el hombre construye su propio destino…".

Es desafortunado que Avrich nunca ha leído, por ejemplo, la tercera tesis de Feuerbach de Marx: "La doctrina materialista (de Feuerbach) que los hombre son producto de otras circunstancias y cambios posteriores, se olvida que hay hombres que cambian las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado". O la sagrada familia: "La historia no hace nada, 'no posee inmensa riqueza', 'no pelea las batallas'. Son los hombres, reales, vivientes quienes hacen todo esto, quienes poseen cosas y pelean las batallas. No es la 'historia' que usa a los hombres como medios para alcanzar - como si fuera una persona individual - sus propios objetivos. La historia no es nada más que la actividad del hombre en la búsqueda de sus objetivos". (Bottomore, ed., Kart Marx, Escritos selectos de Sociología y Filosofía Social).



4.5.6. La naturaleza de la organización revolucionaria; autoritarismo y liberalismo.

Igualmente estos son temas complicados: es imposible hacerle justicia tanto a la postura Marx como la de Bakunin en unos artículos tan cortos y a la vez polémicos que apuntan a poner en duda ciertas acepciones equivocadas más que evaluar y criticar sus ideas y prácticas en una manera rigurosa y comprensible. Es necesario entender, antes que nada, que las ideas de ambos, Marx y Bakunin, expresadas en sus escritos, son en cierta manera contradictorias; ni Marx, ni mucho menos Bakunin fueron completamente consistentes toda su vida. Segundo, la práctica de ambos hombres fue a veces una variación de lo que proponían. Ninguno fue siempre capaz de vivir con los estándares que establecieron. Ambos personajes mostraron señas de arrogancia y autoritarismo en sus propias personalidades.

De cualquier forma, queda un cuerpo de escritos y prácticas que hacen posible evaluar en lo que creían Marx y Bakunin.

Yo argumentaría que un examen serio al tema nos lleva a los siguientes puntos:

1. Bakunin distorsionó y falsificó deliberadamente los conceptos de Marx sobre los aspectos en disputa.

2. La acusación que llevó a la expulsión de Bakunin del Internacional, sobre dirigir una sociedad secreta que buscaba infiltrarse y tomar control del Internacional, era cierta. (Dado que esto parece ser aceptado por la mayoría de los historiadores, no ahondaremos al respecto. Ver por ejemplo Woodcock's Anarchism, P. 168, o el artículo de Aileen Kelly en la edición del 22 de enero de 1976 en el New York Review of Books). El único punto que no vale nada aquí es que la estructura federal "autoritaria" del Internacional del que Bakunin protestó tan vehementemente en 1871 y 1872 fue introducido al Internacional poco después, no bajo la iniciativa del Consejo General del cual Marx era miembro, sino en la moción de los impulsores de Bakunin, con la participación activa y apoyo de Bakunin. Fue poco después de la falla de tener el control de las estructuras del Internacional que Bakunin descubrió repentinamente su "autoritarismo".

3. El cargo de autoritarismo y opiniones dictatoriales pueden ser dirigidas contra Bakunin con mucha más justificación que contra Marx.

Las interpretaciones equivocadas de Bakunin sobre Marx sobre el estado fueron abarcadas previamente. Bakunin estaba obsesionado con la idea que todos los alemanes tenían posturas autoritarias idénticas y atribuyó constantemente las opiniones de algunos de los peores enemigos de Marx, tales como Bismark y Lasalle, a Marx. La furia de Marx a este respecto es motivo de registro. Bakunin en varias de sus polémicas contra Marx, aseguró desde la premisa que Marx debía ser obviamente autoritario porque es alemán y judío, quienes por definición son autoritarios y estadistas. (Debido a la edición selectiva, no hay evidencia de esto en la Antología sobre Bakunin de Dolgoff). Bakunin fue incluso más allá, asegurando que Marx era parte de una conspiración internacional con Bismark y Rothschild. Tales acusaciones no son por supuesto dignas de réplica, pero seguramente aclaran que es necesario tratar los "hechos" y argumentos del hombre haciéndolos con el mayor cuidado.

Una omisión similar a las más elementales reglas de evidencia, sin mencionar decencia, pernearon a la mayoría de las polémicas de Bakunin en contra de Marx. Embatió, una y otra vez, que Marx promovía una dictadura universal, que él creía en un socialismo "decreciente de arriba hacia abajo". Ignoró la insistencia constante de Marx que "la emancipación de la clase trabajadora sólo puede ser el trabajo de las mismas clases trabajadoras", y la intransigente oposición de Marx al estado. Ni siquiera trató de apoyar sus acusaciones con hechos o citas. Leer la caricatura de las opiniones de Marx que Bakunin realizó - es la única "versión" del Marxismo que muchos anarquistas se han molestado en familiarizarse - los lectores buscarán en vano por una sola cita en medio de la histérica confusión de las salvajes y no sustentables acusaciones. Simplemente no hay ninguna.

Son tan malos aquellos anarquistas que acaban con Marx por su "preferencia" del "centralismo democrático" y el "partido de vanguardia". ¿Es realmente necesario señalar que estos conceptos fueron desarrollados después de la muerte de Marx, que Marx nunca perteneció a una secta practicante; que él consistentemente se opuso a las pequeñas sectas conspirativas de sus días; que hizo un condición para unirse a la Liga Comunista, que hicieran pedazos sus cerradas formas organizacionales antidemocráticas; que él siempre, y con rabia, rechazó los intentos de los socialistas de su época de destacarlo para honores especiales o títulos dentro el movimiento?

Y, ¿ha sido completamente olvidado que uno de los temas principales de la crítica de Marx sobre Bakunin fue la posterior eterna fascinación con políticos conspirativos, manipuladores, seculares?

Porque hay, desafortunadamente para aquellos que creen en los cuentos de hadas anarquistas, un cuerpo de evidencias sustanciales para asegurar que Bakunin apoyaba precisamente esas ideas "autoritarias" que vergonzosamente atribuyó a Marx. Aquellos que buscan evidencias de preferencia por la dictadura, los políticos Maquiavélicos encontrarán mucha información en los escritos no de Marx, de Bakunin. (Esto no es para decir que Bakunin consistentemente apoyo estás ideas; hay serias contradicciones en su pensamiento sobre una polaridad básica).

La vocación de Bakunin por un estado posrevolucionario, que continuara la mayoría de las formas del estado pre-revolucionario, tales como elecciones, parlamento, ejercito, etc., fue notado antes, y puede ser encontrado, por ejemplo, en Bakunin en Anarquía, P. 153. Similarmente, a pesar de su tan excesiva oposición a cualquier forma de acción política independiente de parte de la clase trabajadora, se le puede encontrar apoyando, en sus cartas, no simple acción política, sino con el apoyo de la clase trabajadora a favor de los partidos políticos burgueses. (Ver por ejemplo Bakunin en Anarquía, P. 219). Y en todas partes se le encuentra diciendo que los anarquistas deberían contender por el Parlamento (Bakunin en Anarquía, P. 218).

Esto no es meramente producto de su inocencia de juventud, como es usado tan a menudo para disculpar algunas de sus aversiones más grotescas, como por ejemplo cuando encontramos al 'joven' Bakunin (a la edad de 35) escribiendo peticiones al Zar, mientras Marx, quien se atuvo al principio mucho más radical, "de cada quien de acuerdo a sus habilidades, cada quien de acuerdo a sus necesidades".

O considere las reglas de Bakunin para su Alianza Internacional, no un capricho temporal, sino la organización a la que le dio su principal atención mientras era parte del Primero Internacional. Aquí tenemos una muestra, escrita en 1869: "es necesario que en la mitad de la anarquía popular, que maquillará la vida misma y toda la energía de la revolución, la unidad del pensamiento revolucionario y la acción debería ser contenido en un cierto órgano. Dicho órgano debe ser secreto y una asociación mundial de hermanos internacionales…" " …lo único que una sociedad secreta bien organizada puede hacer es ayudar en el nacimiento de la revolución difundiendo entre las masas ideas que sean acordes con el instinto de las masas, y organizar, no el ejercito de la revolución - ese ejercito será siempre la gente, sino un Staff General revolucionario compuesto de individuos enérgicos e inteligentes que estén por arriba de toda falsedad - ni vanos ni ambiciosos - amigos de la gente, capaces de servir como intermediarios entre las ideas revolucionarias y los instintos populares". "El número de estos individuos por lo tanto no debería ser demasiado grande. Para la organización internacional en toda Europa, cien revolucionarios serios y firmemente unidos sería suficiente. Doscientos o trescientos revolucionarios sería suficiente para la organización del país más grande".

Como el autoritario Marx dijo de esta idea liberal: "Decir que cien hermanos internacionales deben 'servir como intermediarios entre la idea revolucionaria y los instintos populares' es crear una brecha insalvable entre la idea revolucionaria de la Alianza y las masas proletarias; esto significa proclamar estos cien guardaespaldas no pueden ser reclutados de ninguna parte, sino de las clases privilegiadas".

Cuando uno ve las ideas de Marx y Bakunin lado a lado, es difícil recordar que es Marx y no Bakunin quien se supone es padre del "Marxismo-Leninismo" y Bakunin, no Marx, quien se supone es padre del anarquismo".

Las tendencias autoritarias de Bakunin llegaron a lo más extremo precisamente al tiempo que fue separado del Internacional. Ese fue el momento de su asociación con el notorio Nechaev. La mayoría de las fuentes anarquistas tratan esto como una aberración pasajera de parte de Bakunin, y de hecho él repudió a Nechaev cuando se dio cuenta de la verdadera naturaleza de sus actividades.

Pero el hecho es que Bakunin se asoció con Nechaev y bajo su influencia escribió una serie de ideas que mostraban un acercamiento Maquiavélico y déspota de la revolución que por mucho sobrepasó cualquier acusación que alguna vez hizo de Marx. La autoría de algunos de los textos en cuestión ha sido disputada, pero el punto relevante es que Bakunin permitió que se publicaran estos folletos con su nombre y trabajó activamente en su distribución sabiendo que tenían su nombre.

En estos folletos, Nechaev y Bakunin hablaban sobre un nuevo orden social, para ser erigido "al concentrar todos los medios de la existencia social en las manos de Nuestro Comité y la proclamación del trabajo físico obligatorio para todos" residencia obligatoria en dormitorios comunitarios, reglas para las horas de trabajo, alimentos para los niños, y otras cosas más. Como el autoritario Marx lo describió: "¡Qué maravilloso modelo de comunismo de barraca! Aquí lo tienen todo: comida comunitaria, sueño comunitario, asesores y oficiales regulando la educación, producción, consumo, en una palabra, toda actividad social, y como corona a todo esto, Nuestro Comité, anónimo y desconocido para todos, como el dictador supremo. Esto es, claro, el anti-autoritarismo más puro…"

Cuando ser mira las ideas de Bakunin sobre la autoridad y la revolución en detalle, es difícil no estar de acuerdo con la aseveración de Marx y de Engels que Bakunin y sus seguidores simplemente usaron la palabra "autoritario" para representar algo que no les gusta. La etiqueta "autoritario" fue entonces y sigue siendo hoy para muchos liberales una forma de evitar preguntas políticas serias.

El hecho es que no toda autoridad es mala; que en ciertas situaciones la autoridad es necesaria e inevitable. Como dice Engels, "una revolución es la cosa más autoritaria que existe, es el acto donde una parte de la población impone su voluntad sobre la de la otra parte por medio de rifles, bayonetas y cañones - autoritario, si tal cosa existe".

Y alguna forma de autoridad, por ejemplo, estructura de toma de decisiones, es necesaria en cualquier forma de interacción, cooperación u organización que es social más que individual. En una sociedad socialista, seguirá siendo necesario tomar decisiones sobre las cosas; estas decisiones necesariamente reflejarán la voluntad, la autoridad, de la mayoría. Esto no es una violación a la colectividad, es un componente absolutamente necesario de la misma. Para decirlo, como muchos anarquistas lo hacen, que ellos rechazan todas las formas de autoridad, aún aquella que aceptada de buena forma; aún la que es el resultado de la toma de decisiones democrática, es simplemente favorecer o ser dirigido por una minoría o regresar a la forma más pura de libre mercado capitalista, como se promueve por el derecho "liberal". Ninguna cantidad de palabras sobre "consenso" o autonomía local o iniciativa individual alterará este hecho. El consenso no siempre es alcanzable, porque a veces la gente no está de acuerdo. Entonces un proceso de toma de decisiones es necesario, y si es democrático, la minoría tendrá que acceder a la mayoría. La autonomía y la iniciativa individual pueden ser completamente usadas, pero esto no altera el hecho que la autoridad de la mayoría ha prevalecido en el asunto en cuestión.

Hay otro aspecto de Bakunin que debe ser confrontado porque, como sus ideas mal definidas sobre la autoridad, esto ha prevalecido en el movimiento anarquista. Al recorrer todos los pensamientos de Bakunin y los subsecuentes pensamientos y acciones anarquistas encontramos un hilo negro, una infatuación con la violencia, con la destrucción por el bien de la destrucción, acción por el bien de la acción, intelecto y conocimiento, un amor por la conspiración, por las organizaciones fuertemente controladas. Para la mayoría, estas cosas siguen sustentando para él - y para sus sucesores - genuinamente los instintos liberales y humanistas.

Durante el periodo de Bakunin en asociación con Nechaev, quien fue atraído únicamente por el lado oscuro de Bakunin, se despertó este aspecto. Entonces, confrontado con la realidad de este lado oscuro en la práctica, en la persona de Nechaev, Bakunin se alejó en verdad horrorizado. Sin embargo, como Aileen Kelly apunta, "incluso entonces se las arregló para integrar la villanía de Nechaev en sus propias fantasías, escribiendo a sus sorprendidos amigos que los métodos de Nechaev eran de una naturaleza "pura" y "santificada", enfrentado con la apatía de las masas y los intelectuales en Rusia no vio otro camino que la coerción para moldearlo posteriormente en una fuerza determinada a mover a las masas a la revolución. Tal razonamiento, Bakunin concluyó, ‘contiene gran verdad’".

Kelly continúa: "Esta grotesca aseveración de Nechaev es muy reveladora. Al tiempo cuando la separación entre el hombre empírico y el de naturaleza ideal parecía enorme. Bakunin aunque renuentemente, concluyó que si el hombre no desea ser libre, sería necesario que aquellos con intereses más grandes en el corazón liberarse de lo que está en contra de su voluntad".

Para darle crédito a Bakunin, luchó continuamente contra las implicaciones de este aspecto de sus ideas. Siempre fascinado por los atajos 'revolucionarios', nunca, a pesar de ello, tuvo que preocuparse por ser leal a sus instintos liberales, y este es el aspecto de su marcada visión polarizada que le dejó a su duradera herencia. El movimiento anarquista que apadrinó ha sido plagado por la misma polaridad, por la tensión entre el liberalismo real en un lado y algunas veces la irresistible atracción del anti-intelectualismo, terrorismo y conspiración en el otro. El movimiento anarquista necesita mantenerse con las ideas de la herencia dejada por la ambigüedad de Bakunin. Y para hacerlo, se necesita tomar los conceptos de Marx.



Publicado en The Red Menace, Vol. 2, No. 2, acompañado por el artículo, Anarquismo vs. Marxismo.


Also available in English: Bakunin vs. Marx.