Contaminación:
El envenenante legado de los recortes ambientales de Ontario

Por Ulli Diemer


Esta es una historia de fanatismo y muerte.

Los muertos son enterrados en tumbas frescas en los cementerios de Walkerton, Ontario. Los fanáticos están mucho más vivos, yendo a su negocio diario en la oficina del Ministro y al cabildo en Queen's Park, el lugar del gobierno de Ontario.

Los investigadores siguen trabajando para determinar exactamente cómo la mortal bacteria E. Coli 0157 llegó al suministro de agua de Walkerton en mayo, causando al menos siete y tal vez once defunciones y dejando a cientos seriamente enfermos.

Water faucet

La historia de la tragedia de Walkerton no es, sin embargo, primariamente sólo una historia correspondiente a Walkerton. Esto no fue un desafortunado accidente. Fue el predecible - y predicho - resultado de las deliberadas decisiones políticas que comprometieron gravemente la seguridad del agua potable de Ontario.

La historia más amplia de Walkerton es el resultado de advertencias repetidas, de diferentes expertos, oficiales y agencias, sobre que los recortes ambientales del gobierno de Harris estaban poniendo en riesgo la salud pública. Y esta es la historia de cómo aquellas advertencias fueron despreciadas o ignoradas.

Paso a paso, un desastre estaba siendo preparado. La única pregunta era dónde y cuándo pasaría. Desafortunadamente para los habitantes de Walkerton fue en su pueblo donde falló el sistema con fatales resultados.

Para entender cómo un gobierno pudo ignorar completamente, en un periodo de cinco años, las advertencias de sus expertos ambientales, es necesario conocer la mentalidad del gobierno de Harris, una administración altamente centralizada donde todas las decisiones importantes son hechas por el Ministro Mike Harris y un reducido grupo de asesores militantes ideológicos, y donde todas las opiniones externas son excluidas.

Este es un gobierno que se enorgullece de "tomar decisiones impopulares", sin ningún compromiso, sin posibilidad de corrección. El hombre a cargo, Mike Harris, es tan determinado como el capitán del Titanic a desdeñadamente obviar las advertencias ridículas advertencias de iceberg y dando la orden de seguir avanzando, a todo vapor.

La cadena de eventos comienza en junio de 1995, cuando los conservadores progresistas de Harris tomaron el cargo y empezaron a golpear su "Revolución de sentido común". La frase fue parte de las estrategias electorales del partido, pero capturan perfectamente las actitudes de Harris y su círculo: El sector privado puede hacer todo mejor. Es un hecho. Eso es sentido común. Obviamente, entonces, todo lo que interfiere con el sector privado - regulaciones ambientales reforzadas por inspectores, por ejemplo - no tienen sentido y necesitan ser desmanteladas. No se necesita la opinión externa o el llamado consejo "experto" para saberlo.

Armados con esta certeza las autoridades establecieron desmantelar los "sobrados" servicios públicos de Ontario y "cinta roja".

Los programas ambientales y las agencias son atacados con particular violencia. El Ministerio de Ambiente pierde 42% de su presupuesto. El staff de primera línea encargado de monitorear, probar, inspeccionar, reforzar e investigar son diezmados: 900 de los 2,400 miembros son despedidos. Las oficinas regionales son cerradas. Agencias ambientales establecidas en el paso de los años para responder a los problemas ambientales complejos son desmanteladas en días. Lo que resta del Ministerio está en total desorden. Recortes similares llegan a otros Ministerios, incluyendo Recursos Naturales y Agricultura.

Un número de industrias previamente reguladas por el gobierno quedan libres para regular su propio desempeño ambiental. El acto de establecer "auto-regulación" para la industria agregada es un modelo. "Monitoreo" consiste en preguntas generales en forma de checklist que se pide a las compañías llenar a partir de ahora y enviarlas por correo al gobierno. Sólo en caso que el mensaje - codazo, codazo, cerrar un ojo - no es suficientemente claro, las quejas están basadas en "sistema de honor". Bajo la legislación no es delito para una compañía dar información falsa.

No contentos con el caos ambiental que se ha generado con estos cambios, el gobierno rápidamente centra su atención en la calidad del agua y tienen todavía la carga de la excesiva cinta roja. La contribución de Ontario a los esfuerzos de limpieza de los grandes lagos es cancelada. El "Acta de mejora en los servicio de agua y alcantarillado" es aprobado. (Ninguna propuesta de legislación puede salir de la oficina antes de recibir un título Orwellian). La "mejora" consiste en cerrar los laboratorios de pruebas de agua del gobierno de la provincia, descargando el control de las plantas de agua y alcantarillado a los municipios, eliminando los recursos a las instalaciones municipales y terminando el Programa de Vigilancia del agua potable de la provincia, bajo el cual el Ministro de Ambiente había monitoreado el agua potable en toda la provincia.

El Acta sirve para facilitar el camino par la privatización de los sistemas de agua municipales al hacer a los municipios responsables del futuro costo de capital que muchos de ellos no tendrán para pagarlo, volviéndolos blancos de las corporaciones privadas.

Incrementando la presión a los municipios para privatizar sus sistemas de agua, David Lindsay, un asesor ejecutivo de Harris, quien ahora dirige el fondo SuperBuild para los proyectos de infraestructura, aclara que el dinero para infraestructura sólo se gastará que promuevan el "desarrollo económico", no para renovar y reparar los sistemas de aguas y drenaje.

El modelo de los conservadores es Reino Unido, donde Margaret Thatcher privatizó los servicios de agua en 1989. Las enfermedades relacionadas con el agua se incrementaron (Hepatitis A en 200%, Disentería en 600%), pero más importante, las utilidades de la compañía y las remuneraciones de sus ejecutivos crecieron todavía más espectacularmente.

El mantra de los fanáticos de la privatización es el mismo en ambos lados del océano: no se puede hacer omelet sin romper algunos huevos.

En medio del disturbio hay muchas voces tratando de prevenir al gobierno de los peligros de lo que están haciendo.

Organizaciones ambientales preparan todos los elementos para discutir en contra de los recortes presupuestales. Sus preocupaciones no son escuchadas. Para los líderes de la Revolución del Sentido Común las discusiones a favor de agua limpia o preservación del ambiente son las plegarias de "algunos grupos especiales".

El investigador de la provincia genera un reporte urgente diciendo que los recortes han sido tan perjudiciales que el gobierno no es capaz de proveer los servicios que se supone debe suplir.

El auditor de la provincia, en su reporte anual, critica al Ministro de Ambiente por el deficiente monitoreo de los recursos subterráneos de agua y por fallar al auditar a pequeñas plantas de agua en toda la provincia.

La Comisión Internacional Unida establece sus preocupaciones sobre la negligencia en los problemas en la calidad del agua.

El Comisionado ambiental de Ontario (un investigador ambiental del propio gobierno) dice que el gobierno está comprometiendo la protección ambiental , señalando específicamente las pruebas al agua potable como un área de preocupación.

Otros eventos minimizan todas estas advertencias.

En la primavera de 1996, cientos de personas en Collingwood, a una hora de Walkerton, empiezan a enfermar después que el cryptosoridium, un parásito relacionado con las heces animales, contamina el agua potable. Nadie muere, pero es una clara señal que el sistema de monitoreo del agua de Ontario está fallando.

En Japón, también en 1996, 13 niños murieron y 20,000 enfermaron de E. Coli después de comer germinados cultivados en agua contaminada con abono animal. Esta es una severa advertencia del peligroso nexo entre el ganado y la contaminación del agua.

La relación entre la contaminación del agua con abono proveniente de ganado, en particular, está siendo visto con constante preocupación por los científicos. Los estudios muestran que el abono animal es responsable por la contaminación de E. Coli del agua y alimentos en Estados Unidos, Reino Unido y Argentina. Un estudio de salud en Canadá asevera que los condados ganaderos del Suroeste de Ontario, donde Walkerton se localiza, son áreas de alto riesgo de infecciones de E. Coli. Esto muestra que hay una relación directa entre la densidad del ganado y las infecciones de E. Coli. El reporte muestra también que 32 por ciento de los pozos en las zonas rurales de Ontario muestran contaminación fecal.

El gobierno de Harris actúa con el problema de E. Coli en 1996. Decide colocar otra pieza de cinta roja inservible y elimina las pruebas de E. Coli de su programa de vigilancia del agua potable.

Esto, sin embargo, es sólo un paso intermedio. El año siguiente, cierra completamente el Programa de vigilancia del agua potable. Esto lleva al equipo del Ministerio a no reforzar docenas de leyes ambientales y regulaciones todavía existentes. Los granjeros, en particular, son tratados con comprensión si se descubre que están violando las regulaciones sobre el ganado y del agua residual.

Los oficiales del Ministerio ambiental, profundamente preocupados, advierten al gobierno de nuevo en 1997 que cerrar el programa de revisión del agua deteriorará la salud pública. Sus preocupaciones no son escuchadas como si fueran exageraciones de los servidores del imperio civil.

También en 1997, sin embargo, oficiales ejecutivos del Ministerio del Ambiente redactan otro memo que el gobierno atiende cuidadosamente. Este memo dice que los recortes han impedido la habilidad del Ministerio para reforzar las regulaciones ambientales al punto que el Ministerio podría estar expuesto a demandas civiles por negligencia si y cuando pasen cosas malas.

La respuesta del gobierno es doble.

Sostiene una reunión con el equipo del Ministerio para discutir cómo protegerse si y cuando una catástrofe ambiental suceda.

Y aprueba la ley 57, 'El Acta de Aprobación de las Mejoras Ambientales', la cual entre otras mejoras, prohíbe tomar acciones legales en contra del gobierno por cualquiera afectado adversamente debido a la falla en la aplicación de las regulaciones ambientales por parte del Ministerio de Ambiente.



Walkerton water tower

Walkerton se encuentra en el corazón del condado Bruce de Ontario, donde las regulaciones ambientales - la ausencia de ellas - respecto a la producción de ganado tiene un impacto muy directo. El condado, con una población de sólo 60,000 personas, es hogar de 163,000 cabezas de ganado y 100,000 cerdos. La población animal produce tantos desperdicios como 1.6 millones de personas.

Pero mientras dos personas viviendo en una granja requieren tener una fosa séptica funcionando, no hay requerimientos comparables para las granjas, donde una operación sencilla de 1,200 cabezas de cerdo puede producir tantos desperdicios como 60,000 personas. Todos estos desechos son dispersos en los terrenos aledaños, una práctica que resultaba sustentable cuando las granjas producían 50 o 60 animales a la vez, pero es ampliamente impráctico cuando los corrales tienen 10 o 20 veces ese número. Los campos no pueden absorber las masivas cantidades de abono, por lo que inevitablemente se contamina seriamente el agua del subsuelo y los cursos de agua cercanos.

Los riesgos a la salud asociados son bien conocidos. El Dr. Murray McQuigge, de la oficina médica de Bruce-Grey-Owen resaltó fuertemente el problema en septiembre de 1999. Advierte en un memo a las autoridades locales que "en las granjas grandes de producción que requieren muchas cantidades de antibióticos hay una constante preocupación por la producción de bacterias resistentes a los antibióticos. Los estudios han revelado que tales bacterias dispersas en los campos cercanos y de ahí a las comunidades". Agrega que localmente hay una preocupación porque el "pobre manejo de los nutrientes está llevando a la degradación de la calidad del agua subterránea, reservas y lagos".

Con el paso del tiempo, el staff en la división de política del agua dentro del Ministerio de Ambiente se preocupa cada vez más por la seguridad del agua potable de Ontario. En enero de 2000, enviaron otro reporte al gobierno destacando que "no monitorear la calidad del agua es una preocupación importante para el Ministerio en vista de su obligación de proteger la salud pública". El repote establece que un grupo de pequeños municipios no están monitoreando la calidad de su agua potable. Debido a la privatización de los laboratorios de pruebas ya no hay un mecanismo para asegurar que el Ministerio y las oficinas locales de salud médica sean informados si se detectan problemas en los sistemas de agua locales.

El gobierno de Harris ignoró el reporte.

Walkerton es el lugar donde el sistema finalmente se rompió.

El sistema de agua potable de Walkerton recibió su última inspección del Ministerio en febrero de 1998. La inspección muestra que ha habido problemas con el abastecimiento de agua por años, incluyendo la detección de E. Coli en el sistema. El Ministerio establece las mejoras que se deben realizar - pero, desesperadamente falto de inspectores y enfrentado con pequeños sistemas de abastecimiento de agua en toda la provincia que no cumplen con los estándares, nunca se define una fecha para una inspección de seguimiento para ver que en realidad las mejoras se han realizado.

Para junio de 1998, el Consejal de Walkerton está lo suficientemente preocupado por esta situación para mandar una carta directamente al Ministro Mike Harris, apelando a la provincia para correr las pruebas necesarias en el agua.

No hay respuesta.

Entre enero y abril de 2000, el laboratorio encargado de analizar el agua de Walkerton detecta repetidamente bacterias coniformes - un indicador que agua externa está llegando al suministro de agua. El laboratorio notifica al Ministerio de Ambiente de sus hallazgos en cinco ocasiones distintas. El Ministro telefonea a la Comisión de Instalaciones Públicas de Walkerton, donde aseguran que los problemas han sido solucionados y se olvidan del caso. El Ministerio omite informar a la Oficina de Salud Médica como se debe hacer por ley.

A principios de mayo Walkerton empieza a usar un nuevo laboratorio A&L Canada Laboratorios East, para analizar su agua. Este es el laboratorio que descubre la contaminación con E. Coli 0157 el 16 de mayo. Comunican su descubrimiento a la Comisión de Instalaciones Públicas de Walkerto, pero no notifica al Ministerio de Ambiente, a pesar que las normas provinciales ordenan hacerlo. Al preguntar al laboratorio porque dejó de notificar al Ministerio de la contaminación con E. Coli, el vocero del laboratorio Gabriel Farkas dijo que el laboratorio considera los resultados de las pruebas propiedad intelectual confidencial. "Enviarlos a otra persona además del cliente violaría el principio básico de confidencialidad" dijo el sr. Farkas.

Aparentemente inconsciente de la seriedad del problema el administrador de las instalaciones de Walkerton esconde la noticia de la contaminación del agua y trata de resolver el problema él mismo. Pasan varios días antes que el Dr. Murria McQuigge del Centro Médico descubra la verdad y suena las alarmas. Para ese tiempo, cientos de personas han sido expuestas a la mortal contaminación.

La historia de Walkerton es la historia de cómo los sistemas que fueron establecidos para proteger la salud pública fueron deliberadamente desmantelados por un gobierno dirigido por un repudio fanático del sector público. En nombre de eliminar las "cintas rojas ambientales" un sistema de protección del agua diseñado con múltiples sellos para protegerlo contra una falla en cualquier punto o por cualquier persona fue debilitado hasta que finalmente no pudo funcionar, a pesar de las más claras posibles advertencias de las obvias consecuencias.

La historia de Walkerton es el resultado lógico de la "Revolución del Sentido Común". También podría ser la historia para deshacerse de la responsabilidad del gobierno.


Junio 2000. Este artículo apareció por primera vez en la edición de julio-agosto 2000 de Canadian Dimension y fue reimpreso y reproducido en varios formatos y publicaciones, incluyendo Alien Invasión: How the Harris Tories Mismanaged Ontario, editado por Ruth Cohen, publicado por Insomniac Press.


Aussi disponible en français: Contamination: L'Héritage Vénéneux des coupures écologiques de l'Ontario.
Also available in Japanese: Contamination: The poisonous legacy of Ontario’s environmental cutbacks.
Also available in English: Contamination: The Poisonous Legacy of Ontario’s Environmental Cutbacks.